lunes, 25 de octubre de 2010

EL DOMINGO,DÍA PERDIDO

Cae la lluvia tras el cristal.Nunca me gustaron los domingos y especiálmente sus mañanas.
Son las once y media y mi cabeza está a punto de estallar como si se tratase de un descomunal cohete.Consigo incorporarme y echo un vistazo por la ventana de mi habitación leonera.
Gente sin rumbo, como soldados que hubieran roto filas de repente.Algunos sosteniendo el periódico y otros portando barras de pan.Pan de Domingo,por Diós!.Señoras hablando en corros,cuchicheando de unos y de otros.Tras la charla, dirigen sus pasos a la iglesia del Barrio que este día, se convierte en el after más concurrido.
Las hojas cubren las calles, dándoles ese toque melancólico y triste que tanto me gusta.
Por fin me levanto y un puñetazo en forma de arcada golpea mi estómago y caigo al suelo zancadilleado por un espectacular mareo.Y ahí permanezco inmóvil , como un maniquí olvidado en algún viejo almacén, con los ojos clavados en el techo de mi habitación leonera.Me entra sueño y me duermo plácidamente sobre el frío suelo de parqué.Y sueño sueños extraños, quizá resultado de los excesos acontecidos la noche anterior.Y sueño.sueño,sueño.......Y cuando despierto,las estrellas decoran el cielo y las farolas iluminan de forma tímida las calles teñidas de otoño.Y yo, me siento bien y me marco unos pasos de baile a la vez que tarareo lovingly yours.
El domingo muere y sonrío de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario